martes, 7 de febrero de 2012

Una vez al dia.

El dia sábado era un día bueno hasta ese momento en que empezó a caer un diluvio aquí en Cancun.

Por uno de esos asares del destino -o simple codes- decidí volver desde el mercado 28 hasta mi casa caminando en lugar de esperar el camión, digo si me iba a mojar de todas maneras pues que fuera en movimiento y no estando parado como tronco.

En ese andar descubrí algo, un lugar mágico que nunca había visto o mas bien no me había tomado la molestia de notar muy a pesar de que paso diariamente por el, un árbol que se encuentra en la glorieta de La Luna y el Sol, al llegar a un cruce usual donde se encuentra un paso peatonal -el veintiunico- en la Luna en lugar de seguir cruzando la calle normal por como estaba inundado y porque ya me daba flojera volver a abrir camino para cruzar la calle decidí usar el cruce peatonal y pasarme a la glorieta pues igual la otra parte de la calle estaba inundada, fue ahí donde vi este gran árbol.




Es de esas cosas que te hacen notar que tienes tantas preocupaciones en la cabeza, el trabajo, la escuela, la protección animal, el cuidado al medio ambiente que te hacen perderte de cosas tan simples como esa y que a la vez -extraño pero sí- te hacen centrarte mas en lo que tienes que hacer pero te recuerdan que de vez en cuando mínimo una vez al día te tomes un respiro para ti, mires a tu al rededor para no olvidar aquello que forma parte de tu mundo.

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